El Pan de Cada Día

Semana del 15 al 21 de febrero

Ciclo C


2ª CUARESMA

Gn, 15,5-12.17-18
Sal 26,1.7-9.13-14
Flp 3,17-4,1
Lc 9,28-36


"Mira al cielo, cuenta las estrellas si puedes. Así será tu
descendencia"



1º DIA

Ser cristiano es caminar contra corriente de la dirección que la
sociedad nos empuja. Es necesaria la fuerza de la fe para ver la
Resurrección detrás de la cruz más inmediata. Los discípulos de
Jesús, y hasta el mismo Jesús, necesitaban de la experiencia del Tabor
para seguir el camino hacia Jerusalén, hacia la cruz.
Queremos, Señor, caminar alegres por la cuaresma de nuestra vida, pero
tú ya sabes de nuestra mirada miope, que sólo ve las dificultades, los
problemas, las debilidades y las incomodidades. Queremos seguirte y
decirte sí, pero cada día se nos hace más difícil confesar nuestra
fe. ¿Será que no la tenemos? Necesitamos que tú nos animes , nos
hagas elevar la mirada hacia ti y poderte escuchar tus palabras de
ánimo, como un padre anima a su hijo a superarse, haciéndole ver su
verdadero destino.
Entiendo tu respuesta: "Haz ese pequeño esfuerzo de subir a la
montaña y escúchame. Quiero hablarte al corazón. Tú eres mi hijo, y
no te voy a quitar las dificultades porque quiero que las venzas, y esto
te dará gozo porque te ayudará a desarrollarte. Todo hombre se curte
en las dificultades. ¡Ánimo!, yo te daré la fuerza necesaria. Si soy
tu Padre ¿cómo no voy a estar pendiente de ti? Sal de tu tierra, como
Abrahán, camina hacia tu Patria porque tú eres ciudadano del cielo".

2º DIA

Nuestro Dios es un Dios de las promesas, es un Dios que nos abre a la
esperanza. El camino de las promesas es para hombres de fe, porque son
promesas basadas en la palabra de Dios. Pero es una palabra que se
cumple, y no como palabra de hombre que muchas veces se las lleva el
viento. Se cumplió con Abrahán, con su descendencia y, en Cristo, con
su Resurrección. Porque Abrahán creyó, nosotros somos sus hijos en la
fe. Porque María creyó, Dios se encarnó en ella. Porque Jesús hizo
la voluntad del Padre, nosotros somos hombres nuevos, hijos de Dios y
herederos de sus promesas.
Si tú crees, Dios hará maravillas en ti. La fuerza del Espíritu en
cada hombre que se abre a la fe y se pone a su disposición,
transformará su imagen de Adán en la de Cristo, y su humanidad se
transfigurará en atisbos de divinidad.
La Transfiguración fue tan sólo un pequeño atisbo, sólo aquello que
nuestra pequeña capacidad humana puede percibir, igual que Moisés vio
una parte de la gloria . La gloria de Dios es un misterio, y lo que los
discípulos vieron fue tan sólo un milagro.
Gracias, Señor, porque tú quieres y nos posibilitas para que, con
nuestras vidas, podamos también crear esos pequeños tabores en
nuestros ambientes y podamos decir: "¡Qué bien se está aquí,
montemos una tienda!". Danos esa capacidad de amar para hacer un mundo
más humano, más divino.

3º DIA

Cuando tú, Señor, me regalas una experiencia de Tabor, ¿Debo
prepararme para una cruz? Porque sabemos que tú nos capacitas para
aquello que nos pides. Como te pedía San Agustín: "Pídeme lo que
quieras, pero dame lo que me pides".
Cuando el hombre experimenta la dificultad que pone a prueba su calidad
y entereza, siente una resistencia natural, y tiende a rechazar la
confrontación, a escabullir el momento del dolor. Es un momento
difícil, delicado, en el que la persona puede avanzar o refugiarse en
otras seguridades que acaban esclavizándole.
Dios no nos quita el dolor, como tampoco evitó a Jesús la cruz, pero
con él se hace más llevadero. La fe es como el Tabor, no te quita la
cruz, pero te permite superarla y abrirte a la esperanza de la
Resurrección. Es tocar el cielo dándote la fuerza para avanzar. Por
eso, podemos decir que la fe es para la vida. El hombre de fe puede
superar las cruces, porque sabe que éstas no tienen la última palabra.
Tú, Señor, no quieres que los dolores nos hundan en la desesperación,
sino que puedan producir frutos de redención, uniéndolos a los tuyos.
Regálanos el ir acostumbrándonos a poner nuestras pequeñas o grandes
cruces cotidianas, enfermedades, achaques, problemas, en tus manos para
que produzcan frutos de vida eterna. Debemos vivir los dolores y
relativizarlos desde tu mirada y, por supuesto, hacer todo lo que
podamos por remediarlos.

4º DIA

En la vida siempre está la tentación de acomodarse, de instalarse en
los pequeños logros humanos, de la posición social, de la seguridad
económica y del bienestar, renunciando a caminar hacia donde queremos
construir la tienda. El pueblo de Israel también sufrió la tentación
de volver a la esclavitud de Egipto . Así cuando se paró en el éxodo
por el desierto, se puso a adorar al becerro de oro.
Líbranos, Señor, de pararnos en esas pequeñas satisfacciones que,
como droga espiritual, nos conducen a la rutina del "cumplimiento"
(cumplo y miento) religioso, y que nos cortan las alas para de avanzar
hacia la tierra prometida. Danos hambre y sed de ti para convertirnos en
buscadores de tu rostro. Danos hambre y sed de tu palabra para que
oigamos como nos dices: Buscad mi rostro (Sal 26,8). Que esta Cuaresma
sea un caminar con alegría a tu encuentro amoroso. "La alegría y el
amor son dos gigantescas alas para las grandes empresas" (Goethe).
Sólo cuando somos pobres de espíritu y conscientes de nuestras
limitaciones, nos abrimos al Señor, y él nos colma con mucho más de
lo que le pedimos o soñamos. Abrahán soñaba con un hijo, y Dios le
está dando generaciones. Pedro pedía al Señor una tienda en el monte
Tabor, y el Señor le da el participar de la misma naturaleza de Dios .
Pidámosle solamente abrir nuestras manos, para recibir todo lo que él
nos quiera dar.

5º DIA

"Este es mi Hijo, el escogido; escuchadlo". ¿A quién escuchamos
hoy? ¿Con qué periódico, emisora de radio o televisión, hago
oración? ¿Quién maneja nuestras vidas? ¿Los políticos y los
economistas?, ¿Qué razones nos dan para vivir, para la entrega, para
el amor...? Nos quieren vender un "pseudoprogreso" que deja al
hombre en el más absoluto vacío moral y espiritual. Así, lo
convierten en un contenedor de bienes de consumo, totalmente
paralizado, adorando a los dioses dinero, prestigio, incultura…
Dame la suficiente fuerza, Señor, para que yo sea altavoz y "medio de
comunicación" de tu palabra, y lleve tu programa de vida a mis
hermanos, que se encuentran inmovilizados en sus pequeños "tabores"
materialistas. Auméntanos la fe para que soltemos ese pesado lastre,
que no nos deja caminar alegremente hacia nuestro auténtico progreso.
El progreso: en el amor y en la entrega generosa.
La Transfiguración es el "discurso" de Dios: "No te quedes en el
monte, no vivas de las migajas, no te instales, camina hacia la
Pascua". Cuando el Padre dice: Este es mi Hijo, escuchadle, el Hijo
nos dice: Seguidme. El va delante. Él es el camino, la verdad y la
vida .
Regálame, Señor, una experiencia de Tabor con sabor a cielo para estar
más unido a ti, y no perderte de vista entre tanta oscuridad.

6º DIA

Dios sacó fuera a Abrahán para que mirara al cielo y contara las
estrellas. Así nos quiere sacar fuera de nosotros mismos. Y de nuestra
miopía porque miremos al cielo porque somos ciudadanos de él.
Abrahán, caminando en promesas, es nuestro padre en la fe. La fe es
riesgo y salto en el vacío humano, para dar en el océano de Dios. El
salto gigante de fe que se le pide a María, en las condiciones de una
mujer de su tiempo, lo da con una elegancia extrema. Simplemente dice:
"Hágase" , pero con un convencimiento firme de que para Dios nada
hay imposible.
Eres tú, Trinidad, en nuestro corazón, quien día a día levantas de
nuevo nuestras palabras y pensamientos del humano pesimismo, a tu
proyecto de humanidad nueva. "El amor del Padre, la voz del Espíritu
Santo, el diálogo constante con Jesús y la mirada penetrante de
María, proyectan nuestras vidas y nos fuerzan a aplicarlas
integralmente sobre el Cuerpo Místico de Cristo" (Est VD 246).
Orar es acoger la presencia de Dios que quiere manifestarse a nosotros.
No para pedirnos nada, sino para que descubramos nuestra propia grandeza
y nuestras posibilidades, y darnos fuerza para desarrollarlas . Vivir
unidos a la Trinidad nos dará la dicha de participar con el Hijo su
camino cuaresmal hacia la Pascua.

7º DIA

El encuentro con la Palabra de Dios es encuentro con su persona viva,
que pretende lograr de nosotros una imagen nueva, desconocida: La imagen
de Cristo.
Hoy el Señor nos invita a cada uno de nosotros, al igual que a Pedro,
Santiago y Juan, a subir al Tabor. Nos invita a hacer el esfuerzo de la
subida al monte de la oración y a hacer ese diálogo con la Trinidad,
donde lo más importante es la escucha. Es un Tabor donde, por la fe,
nos encontramos con las tres Divinas Personas (La voz del Padre, la
presencia del Hijo y la nube, como símbolo del Espíritu Santo). Ellos
que nos ven como los que estamos llamados a ser transfigurados, y
partícipes de la gloria divina. Así tienen que vernos los demás
cuando hacemos una oración auténtica: transformados y transfigurados
para que ellos deseen también participar de ese gozo de vivir, convivir
y dialogar contigo, Señor-
Gracias, Padre, por hacernos tus hijos escogidos, y por la confianza que
has puesto en nosotros, mostrándonos el rostro desfigurado de tu Hijo,
en tantos hermanos nuestros e hijos amados tuyos, que sufren en su
cuerpo y espíritu las cruces del dolor, la opresión, la injusticia y
el sin sentido de la vida. Gracias por invitarnos a llevarles tu palabra
salvadora, capaz de transformar sus vidas y transfigurar sus rostros.
Hay pocos obreros para tanta mies , ¿Quieres tú participar en el gozo
de transfigurar tantos rostros desfigurados?