El Pan de Cada Día

II Domingo Navidad

Ciclo C


II DOMINGO NAVIDAD

Eclo 24,1-4.8-12
Sal 147,12-15.19-20
Ef 1,3-6.15-18
Jn 1,1-18


"La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre"



1º DIA

"A cuantos la recibieron les da poder para ser hijos de Dios". Ya el
hombre no tiene que ser un mero receptor y consumidor de la gracia de
Dios. Dios se ha encarnado y nos da el "poder", por medio de su
Espíritu, para hacernos hijos responsables de su misión. Jesús, desde
que vino al mundo empezó a sufrir, no tanto por ser rechazado, sino
porque el rechazo del hombre lo hace vivir a éste en tinieblas y en
sombras de muerte. Lo hace vivir en orfandad, desconfiando de todos,
incluso de sí mismo, porque no encuentra una mano paternal que lo
acaricie y proteja.
No hay alegría mayor en el mundo que el experimentar que Dios, nuestro
Padre te diga: "Tu eres mi hijo" (Sal 2,7). Esto da una seguridad y
confianza tal, que ninguna experiencia humana, por negativa que sea, te
puede hundir. Sentirte propiedad de Dios .
Pero Dios no es un Padre paternalista que otorga todos los caprichos a
sus hijos. Nos ama y acepta tal y como somos, con nuestras
infidelidades, nuestros pecados. Pero su deseo es que seamos hijos
responsables, continuadores de su misión: La salvación del hombre.
Dios viene a quedarse. Su palabra nos ilumina, anima y acompaña para
ser cooperadores en la obra de la creación y redención del hombre,
siendo sus testigos y encarnando la palabra de Dios escrita en nuestros
corazones: cartas vivas que hablen de la experiencia del amor del Padre.

2º DIA

El sabio es el que despliega las velas de la fe y confianza en Dios, y
se deja llevar por el soplo divino: El Espíritu de Dios.
Una noche tuve un sueño. Caminaba por la playa en compañía del
Señor, y vi como el espejo de mi vida reflejaba todos mis días.
Recordé los días pasados; en la película de mi vida se dibujaban
huellas sobre la arena, de un lado estaban mis huellas, del otro las del
Señor. Así continuamos caminando hasta el final de mis días. Entonces
me detuve. Volví a mirar atrás....
Descubrí que; en ciertos momentos, había solamente un par de huellas y
que estos momentos coincidían justamente con los días más difíciles
de mi vida, los días de más angustia y más miedo, los de mayor
dolor...
Entonces yo reclamé al Señor: "Señor, tú me prometiste que
estarías conmigo todos los días de mi vida. Y yo acepté vivir
contigo. ¿Por qué, pues, me has dejado solo en los peores momentos de
mi vida?"
Y el Señor me respondió: "Hijo mío, querido: te dije que estaría
contigo a lo largo de todo el camino y que no te dejaría solo ni un
minuto, y no te he abandonado nunca... Los días en donde has visto un
solo par de huellas sobre la arena fueron los días en que te llevaba
cargado (Bresilier).
Nuestro mundo no necesita guías superdotados, que marcan caminos
inaccesibles, sino personas como Jesús que, habiendo sido probados en
el sufrimiento, puedan ayudar a los demás .

3º DIA

"En el principio ya existía la Palabra" Hoy día, que nacen tantas
palabras nuevas, pidamos que no sustituyan ni hagan cambiar el verdadero
sentido de las palabras: "fraternidad" y "hermano". Que no sean
palabras abstractas, sino realidades concretas que se plasmen en asumir
el coste de la cura de mi hermano, el prójimo herido a la vera del
camino . El buen samaritano no preguntó quién era el herido, ni el
color de su piel, ni de qué raza era.
Vivimos en un mundo materialista e individualista, que pone muros y
fronteras al "otro", viéndole como un rival o un peligro. Cuando
cerramos las puertas al "otro" nos creamos dos problemas "los
otros" y "el yo". "El duro nosotros de la comunión" (P.
Casaldáliga). Todo el bien y el mal nacen en el propio corazón del
hombre. Necesitamos una constante actitud de conversión, teniendo la
puerta abierta para recibir la Palabra que nos cura.
Tu luz, señor, brilla en las tinieblas de mi corazón donde yo no
quiero mirar, y me hace ver que el encuentro contigo no se dará si no
tengo el encuentro con el hermano. Mi proximidad a ti la tengo que
medir con la distancia que yo tenga con el hermano más separado. Ambas
distancias tienen que ser iguales . Entra en mí, y encuentra tierra
abonada para que la semilla de tu palabra florezca con el amor tuyo, que
se ha derramado en nuestros corazones . Y así pueda rezar "Padre
nuestro" y no "Padre mío".

4º DIA

El Amor vino a los suyos, pero los suyos no lo reconocieron. No había
sitio en la "posada", ocupada por otros amores.
A menudo nos empeñamos en volver a llenar nuestra casa de ídolos,
desarraigando al Amor de los amores de nosotros, y convirtiéndola en
una cueva de ladrones que nos roban la felicidad.
Cuando Dios Amor no habita nuestra vida, ésta, como casa abandonada, se
deteriora, se arruina. Así nos convertimos en ex-templos,
ex-santuarios, moradas de amor profanadas, saqueadas, incendiadas y
derruidas.
¿Qué hace Dios fuera de nosotros y del corazón de los hombres?,
mirémoslo y escuchemos su voz llamado a la puerta . Y no dejemos que
nuestro corazón sea tocado por la pereza y la comodidad, y perdamos la
oportunidad de dejar que el Amor entre en su hogar predilecto .
Preguntémonos como el poeta:

5º DIA

La Palabra es Verdad y es Vida. Es como quiso y quiere hablarnos: con la
vida. "Tanto amó Dios..." Y sigue hablándonos en cada momento,
porque el verdadero amor no desiste ante el rechazo. El amor es
proximidad y cercanía, es abrazo, es encarnación en el amado, es
hacerse uno esposándose con él para siempre. Así hay que escuchar la
palabra de Dios. Por eso, la oración hay que afianzarla desde este
principio: su deseo ardiente y apasionado, que quiere lo mejor para el
hombre. "Orar es tratar muchas veces, y a solas, de amor con quien
sabemos que nos ama" (Sta. Teresa de Jesús).
¡Cuánto amor, esfuerzos, paciencia y cariño por tu parte, Señor, por
sostener los hilos de nuestra vida y de la Historia, y por atraernos a
todos a tu altura! . Suponen largos ratos contigo, que saben a
eternidad, y a amor sin mezcla ni fin, y que se traducen en frutos del
Espíritu a nuestro alrededor.
Enséñanos a orar como tú, Mamá, para ser ese hijo de entrañas
maternas, hijo de tu fibra y calibre, que se fragua en el diálogo
íntimo de tú a tú con Dios, fuente del Amor. Quiero aprender a tu
lado a escuchar a Dios con tu disponibilidad, a guardar su Palabra, como
tú, en mi corazón, en mi intención, y a hacer de su Palabra vida.
¡Feliz tú, Mamá, que te confiaste plenamente en el Señor, desde esa
oración de Nazaret, con tu "Hágase" que revolucionó la Historia,
posibilitando nuestra salvación .

6º DIA

La Palabra nos comunica la Sabiduría de Dios y nos hace gozar y
saborear su plan de Salvación.
La palabra de Dios nos lleva a Cristo, Palabra de Dios. Esta Palabra ha
puesto su morada en nuestro mundo. Contemplemos este misterio en
silencio, que su Palabra nos envuelva, nos abrace y "emborrache", no
con champán para animarnos, sino con la presencia de Dios. La Palabra
es Amor, y todo hombre hecho a imagen y semejanza de Dios , tiene la
vocación del amor, es decir, está hecho para amar. "Ama y haz lo que
quieras" (S. Agustín).
¿Y por qué se rechaza la Palabra, el Amor? ¿Por qué no la recibieron
ni la recibimos ahora? ¿Por qué preferir las tinieblas a la luz? Y lo
más duro ¿Por qué un cristiano es indiferente a la vocación que es
de todo hombre? ¿Qué nos dices tú, Jesús, en estas Navidades? ¿Qué
nos dices tú, Papá?
Hijo mío, mi dolor es grande porque mi confianza en ti es grande. Yo te
miro de una manera especial porque espero mucho de ti. La prueba está
en que me conoces, llevas en ti el sello de mi Espíritu, eres de los
míos. Tu rechazo me duele más que el de otros que no me conocen bien.
Pero mi amor por ti no se apartará. Tú ya sabes que estoy a la puerta
porque confío en ti. ¿No sabes que tú vales el precio de la vida de
mi Hijo? Me gustaría celebrar en la misma mesa tu nacimiento a la vida
nueva; eso sería para mí la Navidad, porque Navidad es cada día que
nace a la vida un hijo mío.

7º DIA

Los caminos de Dios no son nuestros caminos . Son caminos opuestos a los
de los hombres. En lugar de ser caminos de subida, son caminos de
bajada, como se reza en el Credo de Nicea: "Por nosotros, los hombres
y por nuestra salvación, bajó del cielo,... y se hizo hombre". Son
los caminos que nosotros no escogeríamos.
¿Podría Dios desde su situación habernos salvado con sólo su palabra
como fue la Creación y no encarnándose? Por supuesto que sí. Así lo
haríamos los hombres. Pero los caminos de Dios no son de poder, sino de
amor. Quiso hacer visible el amor invisible de Dios por medio de la
Encarnación del Hijo Encarnado.
Pero hay un hecho más definitivo que convierte a la Encarnación en un
"medio", y es el de la Redención,: rescatándonos, salvándonos y
comprándonos con el precio de su sangre, y así reestablecer la
comunión perdida con Dios, como dice S. Ireneo: "Porque tal es la
razón por la que el Verbo se hizo hombre,... para que el hombre al
entrar en comunión con el Verbo y al recibir la filiación divina, se
convirtiera en hijo de Dios".
Tu locura de amor, Señor, me supera y no llego ni siquiera a atisbar lo
cada uno de nosotros valemos para ti: Dioses en participación, de tu
misma familia. Esto me quita muchos complejos, al considerar que no soy
lo que yo pienso o lo que los demás piensan, sino que yo soy lo que soy
para ti: tu hijo, por el que has pagado un rescate con la sangre de tu
Hijo.