El Pan de Cada Día

La Sagrada Familia

Ciclo C


LA SAGRADA FAMILIA

Eclo 3,3-7.14-17
Sal 127,1-5
Col3,12-21
Lc 2,41-52


"¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa
del Padre?"



1º DIA

El amor no es amor si no crea comunión, y la comunión es fuente de
vida. Así, la familia cristiana está llamada a ser cuna de la
vocación divina, como la de Jesús lo fue a los doce años.
Tú, Señor, supiste elegir para tu Hijo la mejor escuela del amor: el
hogar de Nazaret. Y le has dado al matrimonio cristiano la sagrada
misión de enseñar a amar a los hijos, no con buenos consejos y bonitas
teorías, sino viendo el amor esponsal de los padres, su entrega mutua e
incondicional. Es el amor de Cristo a su Iglesia . Sólo con tu ayuda,
Señor, y con tu compromiso de asumir nuestro raquítico amor, que
guardamos en vasijas de barro, podremos elevarlo a la calidad de tu
amor. "El Espíritu Santo infundido en la celebración sacramental
ofrece a los esposos cristianos el don de una comunión nueva de amor,
que es imagen viva y real de la singularísima unidad que hace de la
Iglesia el indivisible Cuerpo místico del Señor Jesús" (FC 19).
El desarrollo integral de Jesús en el seno de la familia bendice a
ésta haciéndola sacramento de la Familia Trinitaria.
Junto a nuestra Madre, vayamos nosotros también creciendo. No en
estatura pero sí en la fe y en gracia de Dios, para que seamos las
familias cristianas iconos de la Trinidad y la nueva esperanza de este
tercer milenio.

2º DIA

Hagamos nuestra composición de lugar en Nazaret: Una familia pobre que
vivía de los trabajos que hiciera José a unos vecinos también pobres.
Vivían en una sencilla casa de adobes entre animales domésticos. Eso
sí, se respira felicidad. Jesús dialogando con María en la puerta,
sentados sobre unos troncos de madera, preguntando por la vida,
preguntando por Dios, esperando a José para abrazarle y sentarse a
comer.
¿Qué comíais, Jesús? Seguro que me dirías que tu verdadero alimento
era la Palabra de Dios. ¿Qué más querías tú, Jesús? ¡Qué
felicidad da el veros!
¡Cuánto ayuda verlos tan sencillos en lo cotidiano!, y María, con esa
humildad y sencillez, orando. La alegría en la pobreza. Una persona que
vive de Dios es rica en la fe, es una persona feliz.
¿Por qué yo no soy más feliz? Porque me falta tu presencia, Señor.
Vivo más de la gente que contigo.
El Jesús que vemos en la vida pública es el fruto de todos esos años
de vida oculta. Jesús contempla los lirios del campo a los que el Padre
viste con un esplendor más grande que el de Salomón. Contempla las
aves del cielo que no siembran, y Dios las alimenta . ¿En qué se
parece nuestra vida a la de la familia de Nazaret? ¿Cómo vivo mi vida
diaria? ¿Descubro tu presencia, Jesús, en lo pequeño? ¿Contemplo el
mundo con esos ojos limpios que descubren cómo, a través de cada cosa,
tú me hablas.

3ºDIA

Los treinta años del Hijo de Dios oculto en la familia, es el aval más
grande y la apuesta mejor por la institución familiar. El Hijo de Dios
confiado a un padre y a una madre, volcados totalmente en él; una
familia, sin más misión que defender, en la vida humana, la vida de
Dios que hace humano a cada hombre.
Como la plastilina en las manos del niño, es el niño en las manos de
la familia. ¿Qué será de él? ¿Qué valores aprenderá? ¿Qué
calidad de vida forjará? ¿Cuáles serán las opciones de su vida?
¿Cómo se comprometerá con el mundo y con la generación a la que
pertenece?
Enséñame, Señor, que ante todo, la familia y la Humanidad entera
tienen que defender la vida de Dios, amenazada de muerte en cada miembro
.
Las circunstancias del hogar en el que nacemos y crecemos influyen
poderosamente en nuestra personalidad, en nuestra identidad y misión.
¡Qué responsabilidad tiene una familia! ¡Cuántos niños
escandalizados por sus mismos padres , que se convierten en maestros
prácticos de una escuela que nada tiene que ver con la escuela del
Evangelio, ni con la civilización del amor! "Hay poca vida
verdaderamente humana en las familias de nuestros días" (Juan Pablo
II). Que nuestros hogares se conviertan en aquello a lo que están
llamados: Escuelas de amor. "El amor es la verdadera fuente de unidad
y fuerza de la familia" (Juan. Pablo II).

4ºDIA

María tendría la tentación de dudar, ya que ese niño se iba haciendo
un hombre y no se le veía arrancar con su vocación. Ella sabía que
ese joven era el Hijo de Dios, pero debía ser durísimo ver que no
pasaba "nada". Es la experiencia con uno mismo o contemplando a los
demás; un año, dos años, diez años... y, a veces parece que uno no
avanza. Pero Jesús ya estaba salvando. Se dedicaba a "ser" y no a
"hacer". Mientras que a nosotros lo que más nos gusta es palpar las
eficacias.
La Trinidad tiene el corazón en la Humanidad. Jesús, justamente porque
piensa en la humanidad, porque la ama, se pasa adrede treinta años en
una aldea que tiene mala fama . Galilea era considerada zona de gente
pecadora, porque no era puramente judía (Galilea de los gentiles).
Allí vivió Jesús aprendiendo el oficio del padre. Era un niño
normal, que hacía lo que todos los niños, y María tenía que ir
detrás de él, como cualquier madre. La vida oculta de Jesús es como
el árbol que para dar fruto, tiene que estar bien enraizado. Y las
raíces están bajo tierra, en lo oculto.
Enséñanos, Jesús, a crecer como tú en lo oculto de nuestra vida
cotidiana.En la normalidad de la vida, dialogabas con el Padre y te
fortalecías, compartiendo con la gente de tu pueblo. Enséñanos a
vivir cada momento de la vida en diálogo con el Padre, como tú, y a
compartir con nuestros más cercanos nuestras experiencias de Dios.

5º DIA

Desde los más pequeños hasta los adultos hacemos cosas para llamar la
atención, buscando que nos paguen con la moneda del aprecio, la
consideración,... Lo necesitamos. Jesús, como hombre, también lo
necesitaba. Lo recibía de José y de María, pero, sobre todo, lo
buscaba del Padre. Su vida oculta va dirigida a centrar toda su
afectividad en Dios.
Constantemente vamos disfrazando nuestra necesidad de aprecio, de
cariño, de valoración. Muchos de los problemas que tenemos son de
afectividad. Entonces Jesús nos invita a que lo que buscamos en la
gente, lo busquemos en él .
Dios me dice lo que nadie más me puede decir, y me da lo que nadie me
puede dar. A través del amor voy entendiendo la clave de Jesús, su
vida oculta. Un hombre trabajador, un hombre de su pueblo, que
compartía con la gente, y que es una persona de oración. La clave de
la vida es aprender a vivir de Dios. Esto significa ver el trabajo, la
vida, las circunstancias, desde la mirada de Dios; ponerse en su lugar y
actuar en conciencia.
¿Cómo entrar en esa mirada que me pueda más que la de los hombres?
Por la humildad, reconociendo que yo no puedo vivir eso, como niño que
se sabe dependiente de su padre. Solamente cuando seamos pobres, y nos
veamos limitados, recurriremos a su ayuda, y experimentaremos el gozo
pleno de Dios

6º DIA

A los doce años, Jesús "sufrió" la crisis de la adolescencia: su
identidad y misión. Es el brote de la semilla cultivada, regada y
abonada con la palabra de Dios en el hogar de Nazaret.
El desarrollo integral de Jesús en el seno de la familia bendice a la
familia cristiana, haciéndola sacramento de la Familia Trinitaria. La
familia es un canto a la vida y al amor, una cuna que Dios prepara para
la vida. Así, donde hay una comunidad de vida y amor, está Dios Trino,
es sagrario de Dios e icono de la Trinidad.
La preocupación de casi todos los padres es la educación de los hijos.
Pero ésta empieza por la construcción de un verdadero hogar, el cual
tiene su origen en los mismos padres. La esencia de la educación es el
amor que los hijos tienen que ver en sus padres. Los hijos verán a Dios
visibilizado, en el amor que sus padres se tengan mutuamente.
El matrimonio es un vaciamiento de cada uno para ser ocupado por el
"otro". Su tarea consiste en construir no una casa fría, sino un
hogar acogedor sobre la roca firme de Cristo y no sobre las arenas
movedizas de la pasión y el egoísmo. Su estructura será cimentada en
el amor, la fidelidad, la entrega sin límite, el respeto y el perdón.
Nuestro Arquitecto nos ayudará a construirlo con los planos del
Evangelio, porque si el Señor no construye la casa, en vano se
cansarán los albañiles (Sal 126). Que nuestras vidas, amasadas con la
palabra de Dios, sean el hogar de nuestros hijos.

7º DIA

"Jesús iba creciendo en sabiduría,..." Jesús experimentaba las
limitaciones normales que tenemos todos nosotros: cansancio, malos
entendidos, dudas, temores, etc., pero sabía ver en todo eso la mano de
Dios. Y se emocionaba dando gracias al Padre : Todo eso era algo que
había ido desarrollándose en él desde su más tierna infancia. La
vida oculta de Jesús no es tanto una etapa de su vida, cuanto un estado
continuo de permanencia en el Amor por medio del diálogo.
Dios no fuerza nuestras vidas, su paciencia es grande. Muchas veces nos
ve como infantiles pidiendo muchas cosas para nosotros mismos, como
todos los niños, que son tremendamente egoístas. Quiero amar para ser
correspondido; en realidad mi corazón no ama de verdad con un amor
desinteresado, gratuito. ¡Ojalá me pudiera identificar con Jesús a
sus doce años y sentirme hijo adulto responsable de los intereses del
Padre! Quisiera que mi diálogo fuera más una escucha atenta en conocer
su voluntad, y que la petición no fuera otra que la de pedir fuerzas
para poder llevarla a cabo . Todo ello desde la pobreza espiritual,
dejando que Dios me ame en mi no poder, en mi no tener, en mi no saber.
Lo otro es, en el fondo, querer presentarle a Dios mis éxitos... ¡Pero
Dios no necesita nada de mí! Me necesita pobre, sencillo y
transparente, para llegar a mis hermanos a través de mí.