El Pan de Cada Día

Semana del 18 al 24 de enero

Ciclo C


3º T. ORDINARIO

Neh 8,2-6.8-10
Sal 18,8-10.15
1Co 12,12-30
Lc 1,1-4; 4,14-21

"El Espíritu del Señor está sobre mí… Me ha enviado para dar la
Buena Noticia…"


1º DIA

El testimonio del que ha vivido una experiencia vale más que mil
elucubraciones. Así es la Palabra de Dios, la cual tiene vida porque es
el fruto de una "vivencia" de Dios. No son doctrinas elaboradas en
escritorios por mentes preclaras, no nacen "in vitro", sino que son
nacidas de la experiencia del amor de Dios, que ha transformado las
vidas de las personas. Y como tal, hay que recibirla con gran respeto,
como los israelitas que "se pusieron de pie", para escucharla; y
como nosotros, que nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio en la
Eucaristía.
Yo sé, Señor, que no es la postura física lo que te importa, sino
nuestra actitud de corazón. Danos esa actitud sedienta de aquellos
israelitas por tu Palabra, que embargados de emoción lloraban al
escucharla. ¡No era para menos!, pues acababan de venir de la
deportación sin poder escucharla en comunidad durante mucho tiempo; sin
embargo, nosotros la tenemos tan abundante, que a veces pasa por nuestra
ojos o por nuestros oídos sin habernos transformado lo más mínimo.
"Es causa de menosprecio la mucha satisfacción". No te canses,
Señor, y sigue llamándonos a dialogar contigo, porque tus palabras son
alimento de vida eterna . Al igual que los padres alimentan a sus hijos
aunque a veces rehuyan la comida, danos tu Palabra, Señor, que sin tu
amor no podríamos vivir.

2º DIA

La Palabra de Dios es Buena Nueva. Es Nueva porque no queda obsoleta con
el tiempo. Cada día el Señor nos dice algo nuevo y personal a cada uno
de nosotros. Cielo y tierra pasarán pero sus palabras no pasarán. Y es
Buena porque en cada palabra va el corazón amoroso de Dios, que lleva
un caudal inmenso de amor para el hombre.
Siempre que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo, la Palabra es
nueva y da respuesta a nuestras vidas. No sólo fue viva para aquellos
tiempos, sino que también nosotros podemos decir, como Jesús: "Hoy
se cumple esta Escritura...". Ahora veo lo que hoy mi Dios quiere
hacer en mí.
Gracias, Señor, porque tú me das el pan de cada día, y mañana me
darás otro pan recién salido del horno de tu corazón. En el diálogo
contigo, me pones rostros concretos, personas con nombre y apellidos que
están cautivos, que están ciegos, que están oprimidos, tristes,
necesitados y vacíos. Y hoy me unges y me llamas para que les dé una
palabra de aliento, una palabra de esperanza, y para que les tienda una
mano que los libere de multitud de ataduras.
Si el Espíritu Santo no suscita en mí esta llamada es que no he
hablado con Dios, y las Escrituras han sido letra muerta. Todo ha
quedado en un "bonito relato" o en una "vieja historia". ¿Qué
hago con la Palabra de Dios que recibo tan abundantemente? ¿La archivo
en la carpeta de los olvidos?, ¿en la carpeta de las indiferencias?,
¿en la de pendiente?, ¿o la arrojo a la papelera?

3º DIA

La ignorancia es el gran enemigo de Dios en el mundo, "causa y como
raíz de todos los males que envenenan los pueblos y perturban a muchas
almas" (Juan XXIII). El amor pide conocer cada vez más a la persona
amada. ¿Cuánto nos falta por conocer al Amor? Cuando uno dice: "Ya
lo sé todo", es que no ha entendido nada. Dios nos supera. Cada día
nos da una Buena Nueva.
Conocerte, Señor, es saborearte, es vivir tu cercanía, es
experimentarte, es dejarse calar por tu Espíritu, que en cada palabra
se derrama amorosamente. Por ella, tú quieres entrar en lo más
profundo de mi ser . Allí donde yo me encuentro cautivo y oprimido por
mis propias cadenas. Ahí tú quieres entrar, con el bisturí de tu
palabra, en el quirófano de la oración para sanarme y liberarme. No te
detengas. Sigue hasta que te parezca, hasta que quede limpio.
Sácame de la ignorancia vivencial que hace que desconfíe de tu
palabra. Ábreme los ojos de la fe para conocerte mejor, para estar
abierto a tu voluntad, y no estar a la defensiva, creyendo que tú vas a
quitarme la libertad, a pedirme más de lo que te puedo dar, a
exigirme... Tú no eres un Dios que pide, sino un Padre que da; un Padre
cuya vida está en función de dar lo mejor para sus hijos, y que ha
dado la vida de su Hijo para nuestra propia salvación.
¿Cuándo conoceremos a nuestro Padre? ¿Cuándo gozaremos la
experiencia de vivir como hijos de Dios y no como esclavos?

4º DIA

Como los políticos, cuando son investidos de alguna autoridad, Jesús
da en la sinagoga de Nazaret un discurso programático. Su programa
mesiánico, porque también se ve "investido" con la unción del
Espíritu Santo. Tomó un texto de Isaías y acabó diciendo: hoy se
cumple. Hoy también nos lo dice a nosotros: hoy vengo a darte la Buena
Nueva.
¿Te sientes débil, necesitado, pobre...? ¿Te sientes cautivo de tus
apetitos incontrolados, que no te dejan ser libre, y te hacen estar
pendiente de aparentar lo que no eres? ¿Necesitas la gracia del Señor
porque no puedes ser lo que quieres? Entonces mira a Jesús, y pon los
ojos fijos en él, como hicieron sus paisanos en la sinagoga.
Gracias, Señor, porque hoy se puede cumplir en mí tu palabra
liberadora. Que no ponga reticencias a tu Buena Nueva, como tus paisanos
. Tú tienes palabras de vida eterna. Tu palabra no es como la palabra
de los hombres, que se la puede llevar el viento; tu palabra es Palabra
de Dios, palabra que se cumple en nosotros en la medida que la creemos y
la hacemos nuestra.Es eficaz, realizando lo que dice, cuando la acogemos
con fe.
Jesús "cerró" el libro cuando llegaba a la cita: "El día de la
venganza de nuestro Dios" (Is 61,2). Jesús "cierra" la ley de la
venganza y la condena como lo sigue haciendo ahora; sin embargo,
nosotros estamos dispuestos a hacer juicios implacables y tirar las
"piedras" de las insidias contra el otro; así nos parecemos a los
judíos cuando querían apedrear a la mujer sorprendida en adulterio .
Jesús nos trae la ley de la misericordia infinita, y ésta debería ser
el resumen de nuestro proyecto de vida.

5º DIA

Hoy, Señor, me haces ver rostros concretos con nombres y apellidos, que
sufren por la pobreza de todo tipo. Veo que necesitan tu gracia para
levantar sus ánimos, y llenar sus vidas. Lo veo porque yo también a
veces lo experimento; pero yo he sido muy agraciado con tu palabra. Yo
tengo la Buena Nueva que cada día me regalas. Que no me la apropie,
porque acabaría, como el agua estancada, corrompiéndose.
Dame, Señor, esa docilidad al Espíritu que tú tenías. Tú estabas
con los "tuyos", los de tu pueblo. Yo también estoy entre los
"míos", mi familia, amigos, compañeros de trabajo. Tú tenías el
Espíritu Santo, ese mismo Espíritu con el que he sido ungido en el
Bautismo. También nosotros tenemos la Buena Nueva. Enséñanos a saber
llevarla a los demás, y danos la palabra apropiada y el gesto oportuno
para que nuestra vida pueda crear "interrogantes irresistibles": "¿No
son estos los que viven con nosotros? ¿Cómo es que viven con esa
alegría y no se hunden ante los problemas de la vida; sino que al
contrario, viven con esa paz interior que a mí me gustaría tener?
Sólo la Palabra de Dios sana los corazones destrozados. Con el bisturí
de la Palabra, nuestro Dios Cirujano trasplanta su propio corazón en
nosotros. ¿Qué me impide llevar la Buena Nueva a los demás? Que no
influya más en mí la opinión de los demás, y que sea la opinión de
Dios la que prevalezca en mí.

6º DIA

"Vosotros sois el Cuerpo de Cristo". No podía Cristo darnos todo su
amor, sin unirse en una comunión de vida con nosotros. Quien ama
reclama con toda su fuerza, corazón y mente, la convivencia y fusión
con el ser amado. Así ha querido Cristo nutrirnos y salvarnos en sus
mismas entrañas, poniendo todo su empeño en mantener esta unión, no
sólo en la tierra, sino también en la eternidad por medio de la fuerza
del Espíritu.
¿Cómo está hoy el Cuerpo de Cristo, el verdadero, el real, el Cristo
viviente y doliente de hoy? ¿Qué miembro queremos ser dentro de este
Cuerpo? Santa Teresa de Lisieux, ante esta realidad, deseó ser su
"corazón" para bombear el amor vital a todo el Cuerpo. No se trata
tanto de saber qué miembro soy, sino de cómo ser miembro vivo y
vivificante para todos los demás. "El amor del Padre, la voz del
Espíritu Santo, el diálogo constante con Jesús y la mirada penetrante
de María, proyectan nuestras vidas y nos fuerzan a aplicarlas
íntegramente sobre el Cristo crucificado de hoy" en tantos hermanos
nuestros.
"Hieres el pie y habla la boca" (S. Agustín). ¿Cómo te sientes,
Señor, cuando tu cuerpo sufre, y no hay nadie que sea tu boca para
levantar tu voz, que grite la verdad, que despierte las conciencias
dormidas? ¿Puede un miembro estar enfermo sin que te duela a ti? ¿Te
pueden ser ajenas la violencia, las guerras y los conflictos que hay en
cada hogar?

7º DIA

Nuestras vidas serán creíbles en la medida que nuestro interés más
importante sea la unidad de todos los miembros que formamos el Cuerpo de
Cristo. Este es el primer signo de credibilidad de los cristianos . Con
la división de las Iglesias cristianas estamos perpetuando las heridas
sangrantes de Cristo. ¡Cuánto nos duele cuando tenemos una herida!
¡Cuánto te debe doler esa herida abierta durante tantos siglos,
Señor¡ En esta celebración por la unión de los cristianos, te
pedimos nos hagas ver a cada uno como hermano nuestro y como miembro
tuyo. También debes sufrir mucho por nuestras rivalidades, envidias y
prejuicios.
Para ti, hacernos hijos tuyos conlleva el hacernos hermanos unos de
otros. Y hoy, lo mismo que entonces, nos preguntas: ¿Dónde está tu
hermano? (Gn 4,9). Donde está tu hermano estoy yo, y estás tú. Cuando
mi hermano está herido, también tú estás herido, Si a mi hermano lo
tengo en el olvido, también tú has desaparecido de mi horizonte.
¿Cómo puedo comulgar hoy contigo si no comulgo con mi hermano?
Regálanos hoy tu docilidad al Espíritu Santo, como María, para que
puedas hacer grandes obras en nosotros. Cúranos con tu palabra para que
nosotros podamos también ser instrumentos tuyos en la curación de
muchos hermanos. Señor, que podamos decir en verdad: "Hoy se cumple
esta Escritura".