El Pan de Cada Día

Semana del 25 al 31 de enero

Ciclo C


4ª T. ORDINARIO

Jer 1,4-5.17-19
Sal 70,1-6.15.17
1 Co 12,31-13,13
Lc 4,21-30


"Os aseguro, ningún profeta es bien acogido en su tierra"



1º DIA

Antes de que la Palabra se hiciera carne en Jesús, había profetas
escogidos por Dios para llevar la palabra de Dios a Israel, como el
profeta Jeremías. A partir de que la Palabra se hizo carne, Cristo es
la Palabra viva y perenne, y el cristiano, con el Bautismo, participa de
ese mismo profetismo. Ser profeta no es una afición personal o una
profesión, sino una vocación. Es una iniciativa de Dios que lo unge
para una misión que lo supera y sobrepasa. Misión que nos da miedo
realizarla porque nos sentimos muy débiles. Si somos es porque Dios ha
querido, si amamos es porque él nos ha amado primero, si nos manda
profetizar es porque él nos ha dado su palabra. No es el profeta el que
se apropia de la palabra de Dios, sino que es la Palabra la que se
apropia del profeta.
Es muy agradable dar buenas noticias, pero ¡Qué desagradable es dar
malas noticias! El profeta no sólo anuncia, sino que también
denuncia. Eso sí, denuncia con amor, como un padre reprende y advierte
al hijo cuando no va por buen camino. Sin la voz del profeta, nos
acostumbramos a nuestras mediocridades, a justificar la injusticia, la
violencia y el mal para conseguir algún bien.
Gracias, Señor, por la cantidad de personas que han dado la vida por
denunciar las injusticias, por superar sus miedos, como Mons. Romero,
Luther King, Gandi, y otros en los que el espíritu profético ha podido
más en ellos que el miedo.

2º DIA

La palabra del profeta puede ser bálsamo o puede ser bisturí pero, de
todos modos, busca la cura y la sanación del hombre. ¿Quién no siente
los miedos y temores del profeta Jeremías que era enviado a denunciar,
teniendo que extirpar, destruir, derrocar (Jer 1,4-10).
¿Tú tienes miedo? Todos tenemos miedo y eso es sano, porque nos da la
talla e importancia de la misión; eso es bueno porque, ante la
superación y los miedos, nos abrimos al Espíritu de Jesús. Todos
tenemos miedo, pero él, no sólo nos da ánimos, sino que también se
compromete con nosotros . La fuerza no está en nosotros, sino en
Aquél que nos capacita con su poder. El mismo Espíritu que resucitó a
Cristo en la debilidad y necedad de la cruz, ese mismo Espíritu nos
capacitará y fortalecerá en nuestras debilidades .
Tanto en tiempo de Jeremías, como de Jesús, como ahora, el que lleva
la palabra de Dios a los demás no se debe extrañar que desencadene
críticas y hostilidades a su alrededor. Pero la fuerza del Espíritu
Santo le convierte en plaza fuerte, en muralla de bronce. Miedo nos
tenía que dar, si no diésemos nuestra experiencia de Dios privando de
la vida a otros. Todo hombre tiene derecho a la vida, y todo hombre
tiene derecho a Cristo. Si tú tienes la vida, da la vida, no te la
guardes. Y de ese modo gozarás, porque más gozo que vivir es dar vida.
Los discípulos son como hijos nacidos a la vida eterna, y la merecemos
cuando damos la vida por los demás.

3º DIA

Para la mayor parte de los contemporáneos de Jesús, éste era el hijo
de José, el carpintero, un hombre como ellos. Y de ahí no pasaron.
Para nosotros, a pesar de lo que sabemos hoy, ¿Quién es Jesús para
nosotros? ¿Aceptamos que él es nuestra salvación? ¿El que me libera
y cura? Pedro, a pesar de la larga convivencia con Jesús, tardó en ver
en Cristo al Hijo de Dios . Nosotros también lo diríamos ahora,
pero... ¿Vemos a cualquier hombre como hijo de Dios?
¿Qué es lo más importante del hombre? ¿Su inteligencia, su puesto en
la sociedad, sus estudios, su poder económico o político? Si nos
quedamos en cualquier definición de éstas, estamos diciendo también
de Jesús: ¿No es éste el hijo de José?
Hay que profetizar mucho derribando barreras, destruyendo conceptos. No
hay que tener miedo de ir contracorriente. Vivimos en un mundo de puro y
salvaje materialismo, en el que cada hombre vale por lo que tiene y no
por lo que es ("Tanto tienes, tanto vales"). En las escuelas y en
las universidades se enseña a calcular y no a pensar. Nuestra sociedad,
a pesar de los avances técnicos, se va deshumanizando. No hay que tener
miedo a decir que el ser humano es icono de Dios, es imagen de Dios. Y
esto quiere decir que se le debe el máximo respeto. Su dignidad es de
orden divino y, por tanto, más importante que cualquier cualidad o
logro humanos, como la raza, la etnia, el sexo, los títulos,…

4º DIA

Con quince verbos, como con quince pinceladas de hermosos colores, S
Pablo nos ha pintado un cuadro realista del rostro del Amor.
Dame, Señor, la gracia de poder reproducir en mí una copia de tu
rostro, con mi vida y mis actitudes, con mi palabra y con mis
pensamientos. Muchas veces hago una abstracción del amor y te pinto con
contornos indefinidos, con un estilo abstracto y surrealista, en el que
nadie te reconoce.
El amor de Cristo no es abstracto y, cuando nos invita a amar como él
nos ha amado , nos apunta, no a teorías, sino hacia la cruz, a la
entrega total, hasta dar la vida. El sufrimiento y el amor son
inseparables, son las dos caras de la misma moneda, porque no hay amor
que no lleve al sufrimiento. Y si no, que les pregunten a muchos
padres, el sufrimiento y dolor que sienten por los hijos que no
encuentran el sentido de sus vidas. Pero detrás de la cruz está la
resurrección y la Vida. Esta es la que tiene la última palabra.
Cuando me pongo delante de mi hermano, ¿Qué ve en mí? ¿Está el
color de la comprensión, el del servicio, el del gozo por la verdad, el
de no poner limitaciones a la entrega....? O, por el contrario, ¿Se
perfilan las negras sombras del egoísmo, la irritación, el llevar en
cuenta el mal recibido, la desconfianza...?
Regálanos, Señor, el poder ser reflejo tuyo, porque en la medida que
yo distorsiono tu imagen en mí, así voy alejando a mis hermanos de
ti.

5º DIA

Ser cristiano es ser discípulo de Cristo que nos ama con un amor
paciente, servicial, que olvida las ofensas, que perdona, que todo lo
disculpa, lo cree, lo espera, lo soporta… Amor que nos hace pensar de
forma nueva, pues amamos como somos amados, damos lo que recibimos y
reproducimos lo que aprendemos. Experimentar este amor ¿No va a
suscitar una respuesta de gratitud? El amor es lo único imperecedero y
eterno, es el único equipaje que podremos llevar en el último viaje.
"Amaré a mi prójimo, con la convicción de que mi vida se realizará
y alcanzará la medida y talla que tiene mi amor al hermano; y que en la
tarde de mi vida, se me examinará solamente de mi amor al hermano. Y
que, además, la nota de amor que ponga en mi vida, al fin de ella,
será la que determine el grado de felicidad eterna para mí y para
muchos" (J. Bonet).
Nuestras vivencias del Amor, lejos de ser estáticas, acabadas y
concluidas, nos introducen en una dinámica siempre ascendente y
creciente, que nos va saciando progresivamente esta sed de más que hay
en nosotros, desde nuestra niñez hasta la muerte . ¿Qué podemos
enseñar que sea más grande y más pleno que esta aventura de apuntar
siempre más alto, más intenso, más divino y más humano? Nuestro
objetivo es el encuentro cara a cara con Dios ir limpiando esa imagen
confusa de verle a través de un espejo, y fundirnos con él en un solo
ser.

6º DIA

Ser cristiano de "certificado" no me garantiza nada, como a los
leprosos de Israel en tiempos de Eliseo, sino a quien está abierto a la
acción de Dios, como Naamán, el sirio. Ser cristiano es seguir
fielmente la palabra de Dios.
El profeta no está limitado por barreras humanas de color, raza o
cultura. La palabra de Dios es un derecho que tiene todo hombre. Aunque
no figure en la "Carta de los Derechos Humanos", es el primer y
principal derecho que tiene el hombre, como hijo de Dios: conocer a su
Padre. Esta es su verdadera identidad a los ojos de Dios, y no vivir en
el vacío y en la inseguridad de un huérfano, que tiene que agarrarse a
cualquier cosa para poder sentirse seguro, y llenar su existencia con
dinero, prestigio, honores...
Verdaderamente amarás al hombre cuando le hayas dado a conocer su
verdadera identidad y dignidad, y le salvarás cuando le hayas puesto en
contacto con la Palabra. Así podrá exclamar, como los samaritanos
dijeron a la samaritana: "Ya no creemos por tus palabras; nosotros
mismos hemos visto y oído y sabemos que éste es verdaderamente el
Salvador del mundo" (Jn 4,42).
Gracias, Señor, porque nos llamas a ser tus colaboradores allí donde
estemos, en nuestros ambientes familiares, sociales... Siempre podremos
dar una palabra de aliento, de vida, de perdón, de esperanza, una
sonrisa. Si en nuestras relaciones no te reflejamos, hemos perdido
nuestra meta.

7º DIA

"Ningún profeta es bien mirado en su tierra". "¿Pero que se
habrá creído éste?" Decía alguien que el peor enemigo del hombre
no hay que buscarlo lejos de sí mismo, está muy cerca. Ciertamente,
tratamos de ver los enemigos y las dificultades y problemas fuera de uno
mismo: "Es que no me escuchan". "No quieren saber nada". Habría
que preguntarnos si verdaderamente estamos convencidos de que Cristo es
la esperanza del mundo, y de que los cristianos, si nos dejamos llevar
por el Espíritu, podemos ser instrumentos para un mundo nuevo.
A Dios no se le ha ido el mundo de sus manos. Pero eso sí, necesita
profetas convencidos, decididos y muy libres, que ofrezcan sus vidas
para avalar con ejemplo sus palabras. Se necesita un profeta que anuncie
un mañana nuevo, que no diga libertad sin él ser libre primero, que no
proclame la paz, si la guerra va por dentro, que no venda la verdad por
fama ni por dinero, y que anuncie sin cesar la Buena Nueva del Reino.
Que no sean sus discursos huecas campanas al viento, que su vida sea
Palabra, claro mensaje del Reino. (Cántico)
Por mediación de María, mujer de nuestra raza que con su "Hágase"
fue Madre de la Palabra, te pedimos, Señor, que nos aumentes la fe
para tener su docilidad y hacer nuestro también ese "Hágase en mí
según tu voluntad". Así podremos encarnar en nuestras vidas ese
germen de salvación que el mundo de hoy tanto necesita.