El Pan de Cada Día

Semana del 7 al 13 de marzo

Ciclo C


5ª CUARESMA

Is 43,16-21
Sal 125,1-6
Flp 3,8-14
Jn 8,1-11


"El que esté sin pecado, que tire la primera piedra"




1º DIA

Si Jesús, con la parábola del hijo pródigo, nos quería hablar del
corazón del Padre; ahora, con el pasaje de la mujer adúltera, ya no
son palabras sino hechos que son palabra viva, palabra encarnada. La
adúltera es el hermano menor; los fariseos acusadores son como el
hermano mayor que acusa al menor, y Jesús es la misericordia del Padre.
De un Padre que no juzga, sino que acoge, de un Padre que eleva la
dignidad del caído, de un Padre que dice: "Anda, levanta la cabeza
porque yo pago tu deuda, y tu pecado en la cruz". Jesús no condena
al pecador, pero sí al pecado. Por eso nos dice: "No peques más".
Jesús, ¿Qué escribías en el suelo? ¿La palabra amor? Nunca lo
sabremos con seguridad. Pero me enseña mucho tu gesto de inclinarte,
porque me imagino a la mujer arrojada como una bolsa de basura en el
suelo. ¡Cuántas pinturas, tan poco cristianas, nos pintan a un Dios
encumbrado en un trono y a la Humanidad por debajo de sus pies, haciendo
justicia a los pecadores! Todo lo contrario. Tú lavas los pies a tus
discípulos, y te agachas ante la pecadora para mirarla a su mismo nivel
y se vea dignificada.
Enséñame, Señor, a no hacer juicios morales de los demás antes de
agacharme. Enséñame a ponerme en la situación del otro, y a escribir
en mi corazón la palabra "amor". Quizás yo tendría antes que
pedir perdón.

2º DIA

Eres el pecador buscado por el entrañable amor del que quiere y puede
borrar tu pecado, para restablecer contigo una amistad inquebrantable.
Déjate encontrar por Dios. No te escondas. Déjate curar, déjate amar
Reconoce su voz. No es voz de secuestrador, sino de libertador, de
amigo, de pastor, de Padre. La experiencia de la misericordia de Dios y
de su amor entrañable te permite ser a la vez receptor y transmisor de
este amor. Ama como eres amado. Sé misericordioso con el otro, como
Dios lo es contigo. No te quedes en el pecado, sino sal al encuentro del
pecador. Ponte en camino para salir al encuentro del hermano que sufre.
Necesito cada día llamarte Padre para saberme perdonado, y necesito
darte gracias por ello. Pero tú sigues esperando que termine diciendo
"nuestro". Eso es lo que más te gusta ¿Verdad?, llamarte
Padrenuestro y no Padre mío. Pero tú sigues empujándome y me dices:
"Sigue, anda". Y es cuando mi corazón acaba abriéndose y digo:
Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos
ofenden. Ahora sí escucho de ti: "Tu eres mi hijo, yo te he
engendrado hoy" (Sal 2,7). Gracias, porque tú nos perdonas más que
nosotros perdonamos. Tú perdón ha sido a costa de recibir las piedras
dirigidas a la adúltera. Perdonaste y diste la vida por ella, por mí y
por todos los pecados del mundo. Y a pesar de todo no nos juzgas.

3º DIA

Simone Weil decía que una de las verdades del cristianismo más
desconocidas es la de que "lo que salva es la mirada".
Seguro que tú te inclinaste, Señor, para buscar la mirada de la
pecadora. Seguro que ella esperando recibir la primera pedrada, aturdida
por ver como el juez se agachaba, levantó su mirada y se encontró con
la tuya. Este fue un momento decisivo en su vida, como lo fue para Pedro
después de traicionarte en casa de Caifás . Ya había recibido en su
vida más de lo que ella podría soñar; un corazón que le decía:
"Vales tanto que quiero dar la vida por ti". Aquellos momentos bien
valían una vida y, con eso ya, estaba dispuesta a recibir la primera
piedra.
¿Qué tiene tu mirada que transforma? Sabemos que tú miras el corazón
y no las apariencias, y eso todavía me confunde más. Porque ahí es
donde tenemos todas nuestras miserias ocultas, las que no queremos ni
siquiera mirar, ni que los demás las descubran.
¿Cómo miraste a los letrados y fariseos, a los que no les importaba
mucho la condena de la mujer, sino que lo que querían era condenarte a
ti? ¿Con qué amor y ternura les miraste, que ellos empezaron a mirarse
a sí mismos y, reconociendo sus miserias, soltaron las piedras donde
estaban escritas su fría ley, y vieron la ley del amor escrita en tu
corazón y reflejada en tu mirada? Señor, no me escondas tu rostro (Sal
27,8). Sólo ante tu rostro puedo descubrir lo que soy.

4º DIA

Hay miradas que aplastan y confunden, pero hay miradas que levantan y
salvan. ¿Cómo son nuestras miradas a aquellos que no son como
nosotros, que no piensan como nosotros, ni visten como nosotros, y que
no cumplen la ley como nosotros? Es fácil verlo en uno mismo. El que
condena se encadena al odio, a la venganza, a la envidia... El que se
"ata" al condenado no se libera de él, y su recuerdo le enfurece,
le corroe. En una palabra: Se ha condenado él mismo . Por eso "el
perdón viene a liberar simultáneamente al que perdona y al que es
perdonado" (Cabodevilla).
Gracias, Señor, por hacerme ver la incompatibilidad entre la condena y
el amor Para que la misericordia es producto del amor y el perdón su
principal manifestación. No quiero ser el asesino de mi hermano (cf.
1Jn 3,14-15). ¿Y con qué autoridad puedo condenar si soy un asesino?
Este juicio es figura de nuestro juicio particular con nuestra Familia
Trinitaria. ¿Quién nos acusará? Si Dios nuestro Padre está con
nosotros ¿Quién contra nosotros? ¿Acaso Jesús que dio la vida por
nosotros?, o ¿acaso el Espíritu Santo que es nuestro defensor? .
¡Menos mal que no tenemos que juzgarnos nosotros mismos!
Danos, Señor, esa mirada tuya misericordiosa, para que no nos fijemos
en la paja del ojo del otro, cuando la viga que tengo en el mío no me
deja ver el amor y la misericordia con la que tú me miras.

5º DIA

Seguimos nuestro camino cuaresmal hacia el encuentro pascual con el
Señor. Cada día falta menos. Ya podemos cantar con el profeta Isaías
esta proximidad: "Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando,
¿no lo notáis?"
Ciertamente, Señor, tú eres un Dios de promesas, el Dios de futuro, A
tu lado nos impulsas el espíritu hacia delante, y no quieres que nos
quedemos con las añoranzas del pasado. (Como alguien comparaba el
conducir un coche: si se mira al retrovisor es para avanzar más
seguros). El pueblo de Israel, si miraba hacia atrás era para recordar
la experiencia de liberación de los egipcios, ¿Por qué no los vas a
liberar ahora, de su nueva esclavitud? Si había abierto un camino en el
mar Rojo, ¿no podía también abrir un camino en el desierto y un río
en el yermo?
Queremos, no sólo caminar, sino también correr como Pablo, el
enamorado de Cristo. El enamorado corre, no se detiene, relativiza todo
lo demás. Seguir a Cristo es cuestión de enamoramiento, y es desde
esta experiencia cuando se pueden dejar muchas cosas
"imprescindibles". En realidad son lastre que no nos dejan correr y
por eso muchos apegos de la vida se nos caen de las manos ante el
conocimiento del Amado. En esta carrera se goza y se avanza más, cuanto
menos lastre tengamos, y cuantas menos cosas tengamos apegadas a nuestro
corazón.
Tú, el Amor, eres la meta y amar es nuestro ejercicio.

6º DIA

Jesús no vino a condenar, sino a salvar . A Jesús le importaba más la
mirada hacia el futuro, un futuro de conversión, que condenar un pasado
de pecado. Anda no peques más. Por eso, para él, la persona está por
encima de la ley .
¿Sería esta pecadora la que te manifestó su gran amor porque había
experimentado un gran perdón, ante aquel fariseo que no tuvo detalles
hacia ti? . Si ciertamente fue la misma, bien te obedeció. Porque sí
anduvo, o mejor dicho corrió, como Pablo, y ante los ojos del fariseo
Simón, consideró como basura aquel costoso perfume que derramó en tus
pies.
Regálanos, Señor, el vernos a nosotros mismos al trasluz de tu mirada
misericordiosa, porque si nos quedásemos con nuestra propia mirada, nos
hundiríamos y seríamos incapaces de levantarnos. Por eso, nos
acercamos a ti agobiados, para que nos alivies de nuestras miradas
mezquinas y de nuestro corazón mediocre, pequeño para amar y grande
para juzgar. Tú, buscador amoroso del pecador e inflexible con el
pecado, nos quieres limpiar absorbiéndolos, haciéndolos tuyos para
pagar por ellos. Tu perdón es redentor. Nos haces criaturas nuevas para
que podamos cantar como el salmista: El Señor ha estado grande con
nosotros y estamos alegres. Me acercaba llorando y ahora corro cantando.

7º DIA

Cada palabra, cada gesto, cada acción de Jesús son de vital
importancia porque van marcando un camino al hombre. Pero este gesto de
Jesús dio un vuelco a la humanidad, fue un gesto revolucionario.
Los fariseos no cuestionaban a la adúltera, sino a Jesús,
sometiéndolo a prueba. O se oponía a la Ley, o permitía la muerte.
Era una trampa sibilina. Si Jesús permitía lapidar a la pecadora,
¿Cómo podría hablar la Iglesia ante tanta crueldad, revanchismo,
condenas de muerte, terrorismo? Hubiera puesto una lápida sobre ella.
Todo estaría justificado, y no habría en la tierra piedras suficientes
para castigar a los que infringen la ley.
¿Quién se atreve a tirar piedras hoy? Los fundamentalistas y
fanáticos, los que miran hacia atrás y no se encuentran con la mirada
de Dios que mira hacia adelante. Quien no ama es un asesino , y ¿Qué
autoridad tiene un asesino para condenar a muerte? ¿Amamos a los que
juzgamos?
Son muchas las tentaciones de ser inquisidores de los demás, de
convertirnos en moralistas y de elevarnos como jueces. No nos dejes caer
en la tentación de incidir en ellas. Líbranos de señalarlos con el
dedo, y por el contrario, danos la humildad de inclinarnos y escribir
con el dedo la palabra "amor", y después señalemos, como el
Bautista, con ese mismo dedo al cordero de Dios que quita el pecado del
mundo (cf. Jn 1,29).